La
idea de recurrir a los fertilizantes químicos
y a los productos elaborados, ha quedado prácticamente
en el olvido. Ahora, la onda ecológica sugiere
utilizar elementos naturales que no destruyan
los organismos vivos que, aunque en forma
aparente puedan resultar perjudiciales, no
lo son. En esta nota, descubra cómo mejorar
su jardín, sin dejar de lado la propuesta
"verde".
Mejorar el suelo
Una planta es tan buena como el suelo en el
que crece. En el arte de la jardinería, el
suelo es el elemento base más importante para
obtener un jardín sano, limpio y lindo. Hay
que tener en cuenta que no se trata de una
mera colección de partículas minerales sino
de una estructura compuesta por materia orgánica,
restos de vegetales y animales en diferentes
estados de descomposición, así como de aire
y agua. Todo este conjunto dá cobijo a millones
de organismos vivos (hongos, algas, bacterias,
insectos y lombrices), cuyo trabajo potencia
la riqueza del terreno. Sin embargo, el suelo
requiere de nutrientes y fertilizantes que
fomenten esa vida subterránea y el cultivo
vegetal. La mayor fuente de materia orgánica
para la tierra es el estiércol animal, aunque
resulta difícil de obtener. Se debe evitar
siempre su aplicación sobre brotes tiernos,
porque puede quemarlos. Otra alternativa natural
para devolverle a la tierra los nutrientes
extraídos es el compost, que se obtiene con
sustancias orgánicas que se puedan descomponer.
Los considerados desperdicios domésticos,
como los restos de frutas, verduras y lascáscaras
de papa, por ejemplo, son ideales para realizar
este tipo de abonos para el suelo. Las hojas
secas y cortezas del año anterior son también
apropiadas, excepto las de las coníferas,
porque acidifican la tierra.
Lombrices amigas
Los beneficios de las lombrices es grandísimo,
en especial para airear el suelo y mejorar
su drenaje, al mismo tiempo en que permite
aumentar la retención de agua en la tierra.
Además del estiércol y el compost se pueden
usar otros materiales orgánicos como champignones,
algas marinas, restos de lana o virutas de
pino para mejorar el drenaje y la capacidad
de retención del agua. Estos son únicamente
acondicionadores de suelos por su escaso contenido
de nutrientes. Sólo si el terreno presenta
una carencia notoria de determinados elementos
químicos fundamentales se puede recurrir a
los fertilizantes. En el mercado existen compuestos
etiquetados como semibiológicos, que son muy
ricos en nitrógeno, fósforo y potasio, que
ofrecen múltiples beneficios.
Hierbas e insectos
que ayudan
Aunque siempre se aconseja eliminarlas, algunas
malezas se pueden conservar- siempre bajo
un riguroso control- poque constituyen un
valioso activo biológico para el suelo. Muchas
de estas hierbas atraen insectos depredadores
y proporcionan alimento a pájaros y mariposas
como el diente de león (Taraxxacum officinale),
la amapola (Papaver rhoeas), la pajarita (Linaia
vulgaris), el cenizo (Chenopodium album) y
la hiedra (hiedra helix). Nunca hay que dejar
que las hierbas que poseen tallos subterráneos
se propaguen con mucha rapidez o terminarán
por invadir todo el jardín si no se las detiene,
siendo luego muy difícil su eliminación. Entre
ellas, hay que ser erspecialmente severa con
el cardo cundidor (Cirsium arvense), la correhuela
(Convulvulus arvensis), la grama (Agropyron
repens), el laurel de San antonio y el sáuco
rastrero. Las malas hierbas rastreras como
la cincienrama, la hiedra rastrera y el ranúculo
son algo más fáciles de controlar. La presencia
de pequeños animales como pájaros, escarabajos
o mariquitas, que actúan como excelentes "insecticidas"
contra orugas, pulgones y numerosos insectos
y sus larvas, mantiene el equilibrio natural
en el jardín sin necesidad de recurrir a los
dañinos productos químicos. Para que conservar
a estos útiles depredadores se pueden colocar
comederos, nidos artificiales, focos de agua
y mantener e incluso cultivar determinadas
especies vegetales de las llamadas malas hierbas.
|